El descubrimiento de la segunda reserva más grande del mundo de shale gas y la cuarta de petróleo no convencional se ha convertido tanto en fuente de oportunidades como en foco de numerosos anuncios de inversión. Es que, ya sea para superar el déficit energético o desa-rrollar la industria nacional petrolera, los no convencionales se volvieron una prioridad para todo el sector.
Según estimaciones oficiales, existen más de 1.500 pymes que componen la cadena de valor energética. Y, en palabras de Cristian Bergese, presidente de la Cámara Empresarial Industria Petrolera y Afines (CEIPA), un grupo importante de estas ofrecen servicios y productos de alto valor agregado con un know how y nivel técnico comparable al de los Estados Unidos. Vaca Muerta, sostiene el empresario, es una puerta para “poder exportar conocimiento, productos y servicios a otros países que están incursionando en lo no convencional porque, hoy, la Argentina lleva la ventaja entre los países de la región”.
Pero, grandes capacidades técnicas no necesariamente redundan en mayor capacidad productiva. En el marco de un programa impulsado por el Ministerio de Producción, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) está llevando a cabo un estudio sobre la competitividad de la cadena de suministros de Vaca Muerta con foco en las pymes que intervienen en ella.
Pese a que actualmente se encuentra en la etapa de procesamiento y análisis de más de 100 encuestas, el organismo anticipa algunas conclusiones de su diagnóstico sobre el sector:
– Las pymes relevadas tienen las competencias técnicas para ejecutar satisfactoriamente sus actividades, pero deben ampliar sus capacidades de gestión empresarial a fin de potenciar su productividad, confiabilidad operativa y calidad de sus servicios.
– Existen segmentos dentro de la cadena de valor cuya oferta es insuficiente respecto de la demanda actual. Deben sumarse nuevos jugadores para incentivar la competencia.
– Se requiere que las proveedoras de servicios petroleros estén localizadas cerca de las operaciones a fin de brindar servicios on call y que adquieran la cultura de ofrecer soluciones integrales, en detrimento de bienes y servicios estancos.
– Entre las principales limitaciones que enfrentan las pymes se cuentan las ligadas al financiamiento, tanto de bienes de capital como el capital de trabajo. En numerosas situaciones, el último llega a multiplicar varias veces el capital fijo de las empresas afectando su capacidad de financiamiento en el sistema bancario y financiero formal.
– Otra de las limitaciones es la concentración de clientes, llegando en algunos casos a contar con uno solo.
– Estas empresas manifiestan brechas importantes en homologaciones y certificaciones de calidad. No tenerlas muchas veces afecta la competitividad, la confiabilidad y el desarrollo, dados los estándares restrictivos de la industria.
De acuerdo al ingeniero Mariano Ortega, gerente de Asistencia Regional del INTI, desarrollar aptitudes específicas para este negocio puede significar la diferencia entre el éxito y el fracaso. “En términos agregados, los no convencionales tienen una menor productividad acumulada por pozo (respecto al modelo convencional) y un mayor costo de desarrollo, lo cual redunda en una menor rentabilidad”, explica.
Además de la demanda de infraestructura y más regulaciones, Ortega no desconoce las necesidades de financiamiento de los emprendimientos de pequeña y mediana escala. En este sentido, recuerda el trabajo del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) que tiene diversas líneas de créditos pyme y, en julio, suscribió un acuerdo con la provincia de Neuquén para beneficiar a las firmas radicadas en la región. “Lo que nosotros hacemos es trabajar con las empresas que pueden tener potencialidad e impacto, y asistirlas en la mejora de productividad, la inversión y el asesoramiento en todo lo que tiene que ver con la eficiencia”, apunta.
En Neuquén, los hidrocarburos representan el 34% de la actividad económica total. Es un dato que no sorprende, dada la ubicación de la formación. Una de las medidas adoptadas por la provincia es el Programa de Desarrollo de la Cadena de Valor Hidrocarburífera, a cargo del Centro PyME-ADENEU, el cual se encarga del monitoreo y cumplimiento de la Ley 2.755, mejor conocida como “Compre Neuquino” que impulsa la contratación de empresas locales por parte de las operadoras y prestadoras de servicios especializados que operan en el territorio, con el fin de impulsar el desa-rrollo y la diversificación de la matriz productiva provincial.
La iniciativa, que en 2016 alcanzó un cumplimiento del 30% de las contrataciones provinciales, suma a compañías que pueden contar con asistencia técnica para mejorar su competitividad y ganar visibilidad dentro del sector para lograr mayores contrataciones. En los rubros donde se detectan vacancias, PyME-ADENEU también hace convocatorias para certificar empresas, ingresarlas al registro y que accedan a beneficios.
A la espera de inversiones
A pesar de que hay mucha expectativa entre los empresarios pyme, en general reina la cautela. Para Bergese, la incertidumbre económica sigue siendo una preocupación. “Hay falta de concreción de las inversiones anunciadas o, por lo menos, no se dan a la velocidad esperada”, manifiesta, al tiempo que enfatiza que la falta de infraestructura es uno de los grandes enemigos del desarrollo.
Horacio San Martín, secretario General de la Cámara Argentina de Proveedores de la Industria Petro Energética (CAPIPE), dice que la industria en torno a Vaca Muerta creció en los últimos cuatro años y esperan que continúe de ese modo. Sin embargo, advierte que la actividad “se mantiene baja” y que los intentos por parte del Estado no priorizan la industria nacional.
Una amenaza
El jueves pasado, el Gobierno autorizó la importación de bienes de capital usados para la industria petrolera a un arancel que va desde el 0% al 7%. El anuncio de esta medida, que según el Ministerio de Producción busca acelerar las inversiones en Vaca Muerta, ya era parcialmente conocido por diversos sectores. No obstante, San Martín admite que están “sorprendidos” y cuestiona la participación que les dieron a los proveedores locales en la decisión.
La norma prevé que los importadores adquieran bienes de origen nacional en un plazo inferior a los dos años y por un porcentaje de entre el 15% y el 60% del valor importado, en función de la antigüedad de la maquinaria que ingresen al país. Sobre este punto, San Martín advierte que, en tanto que cualquier intermediario de la cadena productiva puede convertirse en importador (y no solo las operadoras, como les habían adelantado), el cumplimiento del “Compre Argentino” puede volverse incontrolable.
La voz de los protagonistas
Nicolás DAngelo, gerente Comercial de Equipel, dirige la firma junto a sus dos hermanos, con quienes conforma la segunda generación de una empresa familiar con más de 20 años de experiencia en equipamientos eléctricos. Fundada en 1996, la misma comenzó a tener demanda de Vaca Muerta en 2014. A pesar de la caída de la actividad post crisis internacional del petróleo, estos emprendedores optaron por capacitarse para lo que se viene. “Elegimos trabajar internamente en procesos, en profesionalizarnos en sistemas y gestión de forma de estar preparados para los desafíos que se plantean”, sostiene DAngelo, al tiempo que anticipa que están aplicando al Programa de Desarrollo de Proveedores (PRODEPRO) para ampliar su capacidad productiva.
Grupo Confluencia se compone de tres pequeñas empresas dedicadas a servicios que involucran estudios ambientales y de seguridad industrial para la industria hidrocarburífera, minera y alimenticia, entre otras. La compañía, que fue creada en 2008, tiene vínculo con el yacimiento desde que comenzó la exploración. “Hoy, la actividad gira en torno al shale gas. Lamentablemente, el precio actual del petróleo nos redujo a esa matriz energética que tiene una menor demanda de recursos”, dice Cristian Wilson, socio Gerente del grupo, quien hace una evaluación positiva de la actualidad del sector.
Ve con buenos ojos la entrada de nuevos operadores y contratistas, pero con cautela debido al delay entre los anuncios y su materialización. Del mismo modo, no desmiente la importancia de los programas de fortalecimiento y fomento de inversiones, pero considera que fallan en la instrumentación. Para Wilson, el acceso a las líneas de crédito ofrecidas por el Estado se hace lento, y resulta costoso en términos de tiempo y trabajo. También explica que “el crecimiento de las pequeñas y medianas empresas está muy acompañado de la demanda de los clientes”, por eso la necesidad de financiamiento muchas veces surge en una inmediatez donde “uno termina recurriendo al privado; a mayores tasas, pero de forma más ágil”.
fuente : El cronista.com